sábado, 7 de diciembre de 2013

5 TIPOS CON ESTRELLA


5 TIPOS CON ESTRELLA

EL LIBRO DE LA NUEVA COCINA DE CANTABRIA, HECHA POR LOS MEJORES: TONI GONZÁLEZ, FERNANDO SÁINZ DE LA MAZA, JESÚS SÁNCHEZ, IGNACIO SOLANA Y OSCAR CALLEJA. ESTRELLAS MICHELIN DE CANTABRIA.

DIRECCIÓN Y REALIZACIÓN: ESTELA QUIRÓS Y ÁNGEL GONZÁLEZ PRESA. SURMAVISIÓN.



5 Tipos con Estrella, 50 recetas con sabor a Cantabria por los 5 cocineros de Cantabria que han renovado estrella para el 2014. Se podrá adquirir, a partir del 20 de diciembre, en todas las librerías de Cantabria y en los restaurante con Estrella Michelín de Cantabria.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CINCO TIPOS CON ESTRELLA.

LOS COCINEROS CÁNTABROS REVALIDAN SU ESTRELLA MICHELIN


La cocina cántabra en su máxima representación: los 5 cocineros con Estrella Michelín en el 2012-13 han renovado hoy en Bilbao su estrella, durante otro año más:
Jesús Sanchéz con el Cenador de Amós, Toni González con el Nuevo Molino, Fernando Saínz de la Maza con el Serbal, Oscar Calleja con el Annua e Ignacio Solana en la Solana.
A todos ellos, les une un nexo en común, ser extraordinarios artistas grastronómicos, a la par de magníficas personas.

Entre todos hemos conseguido elaborar un gran libro de gastronomía, único realizado en Cantabria hasta la fecha con estas figuras de la cocina nacional e internacional. Ha sido un esfuerzo de un año, sin duda recompesado y que saldrá a la luz para estas Navidades.

¡Muchas Felicidades! para todos.

                                         ¡YA TENEMOS EL LIBRO EN EL HORNO! 
PARA CELEBRAR LA NAVIDAD CON LAS MEJORES RECETAS, A VER QUÍEN NO SE LUCE ESTE AÑO 2014.


5 TIPOS CON ESTRELLA. *2014.


   Toni González en el Nuevo Molino.
    Ignacio Solana a punto de despejar un tiro por la escuadra.
    Oscar Calleja a punto de ser devorado por un bogavante.
    Fernando de comprando hortalizas por Santander.
    Jesús Sánchez dándole su toque especial a un plato.

lunes, 2 de septiembre de 2013

LA SONRISA DE LOS HIJOS DE LA TIERRA


LA SONRISA DE LOS HIJOS DE LA TIERRA TRANSFORMADA EN LÚGUBRE MUECA

La sonrisa de los hijos de la Tierra se ha transformado en la lúgubre mueca de la muerte. Sobre las cálidas y tranquilas noches de Damasco, de Palmira y del Desierto Sirio se ciernen los fantasmas del miedo y de la desolación. No podemos dejar de imaginar a nuestros propios hijos axfisiados por la química con el único fin de generar terror y destrucción. No podemos cerrar los ojos a la degeneración del ser humano, al tormento de la absoluta frialdad y falta de escrúpulos. Me produce náuseas la pasividad de los mandatarios mundiales que miran para otro lado para no ver las hileras de muertos, para no ver el caos y la catastrofe: políticos de todas las raleas y líderes religiosos de todas las "marcas" deben parar las masacres que año tras año provocan su incapacidad y su desinterés. También nosotros, ciudadanos de todas las condiciones, podemos y debemos hacer algo, un acto de contrición que aporte una miga de de piedad y de protesta sumada para que se nos oiga: unas palabras, una aportación económica, un no me gusta... ponerse al lado de los desfavorecidos, de los más débiles. Otro día podemos ser nosotros mismos, no lo dudéis, o acaso ahora no somos los "panchitos" o "los sudacas" de Europa. Palabras que hace pocos años escuchaba en España menospreciando a los venían de fuera, qué poco hemos tardado en volver a ser emigrantes, ahora somos nosotros los que tenemos que partir y dejar a nuestras familias. Qué poquito tiempo ha pasado y qué poca humildad hemos demostrado. No nos pensemos que los fantasmas de la guerra no pueden volver a nosotros en este mundo incivilizado.

Ángel González Presa.

 



 Entrevista por el diario el mundo.es a la artista siria Milena Jarjour.

 La dibujante Milena Jarjour retrata el país

Cuando Siria era canela, pimienta y risas

Detalle de uno de los dibujos realizados por Milena Jarjour.Detalle de uno de los dibujos realizados por Milena Jarjour.
La Siria de Milena huele a especias: a baharat, canela y pimienta en las calles de un zoco abarrotado de color y vida. Su Damasco sabe a dátiles y pistachos y suena a bullicio, a gente ociosa callejeando y compartiendo ciudad y bandera. Desde Madrid abre los cajones donde guarda la esencia de sus viajes y el sabor de la infancia la devuelve a la casa familiar, al zoco que se comía a zancadas, a esta Siria sensorial que atrapó para siempre en su memoria.
Hoy Damasco no huele a especias sino a pólvora, no suena a risa sino a llanto, no siente hermandad sino odio. El zoco que la niña olía en sus paseos hoy está vacío de vida, es un recuerdo en blanco y negro. "Cuando veo las imágenes en televisión de los sitios en los que he estado siento un escalofrío. Descubro el mercado desierto y pienso que algo grave tiene que estar pasando para que esté tan vacío", asegura a ElMUNDO.es Milena Jarjour, dibujante española de origen sirio que ha dedicado parte de su obra a retratar el país.
En cada uno de los viajes al lugar donde vive su padre y su familia Milena atrapó sus recuerdos, como si presagiara que el día que vuelva, ya nada será como lo ilustra su memoria. Ya no recuperará esa atmósfera pueril. En su última visita dibujó en su bloc de artista una Siria todavía virgen de bombas, en la que "todo el mundo convivía, antes de que la guerra lo dinamitara todo".
Sus cuadernos son una especie de Persépolis de mirada infantil y por eso certera. Muchos la comparan con Marjane Satrapi, la dibujante y cineasta que retrató la sociedad y la historia de Irán en este referente del cómic que inspiró después la conocida película. Aunque curiosamente Milena conoció la obra de la iraní mucho después. "La descubrí porque me decían que mis diseños tenían el mismo estilo. Me leí PersÉpolis en el metro, casi lo devoré", relata la que se inspiraba en las ilustraciones de Shaun Tan, "capaces de transportarte a mundos apocalípticos y la vez aportar un rayo de optimismo y esperanza".

El Persépolis sirio

Como en el cómic iraní, sus cuadernos, oníricos e íntimos, "más coloquiales que artísticos", dibujan la Damasco prebélica a través de anécdotas cotidianas, trazadas en bares o sitios públicos, "donde realmente pasan las cosas". Conversaciones, pequeños detalles que son los que cuentan la historia de un país. Explica Jarjour que "esta era una manera de atrapar una infancia que llevaba tiempo sin sentir. Los sitios que recordaba de pequeña parecían sueños". Cuando Siria era canela, risas y pimienta.
A sus 28 años esta Satrapi española disfruta sobre todo dibujando historias para niños, porque recuerda "los cuentos que tenía de pequeña", los que la acunaban en sus noches. "Creo que son una buena vía para educar a través de la imagen y de transmitir un mensaje", dice. Los niños de Siria hoy no leen cuentos. Sus nanas de insomnio chirrían en la pesadilla de la guerra.
Jarjour el arte lo lleva en los genes. Empapó su sangre en óleo en el estudio de su padre y su abuelo, escritor, le inculcó el valor de la palabra. Aunque como todos en Siria, la visten de adjetivo para sortear a la policía del pensamiento. "Siempre le digo que escriba todo lo que pasa para contármelo después", dice. Una de las conversaciones familiares acabó con un candado en las redes sociales de los interlocutores. Desde entonces padre e hija hablan a través de metáforas en las que él le cuenta a ella a qué huele y suena Damasco hoy. Las nubes llueven piedras. Mensaje captado.
"Me cuenta historias bonitas y duras. Relata lo que ocurre a través de detalles cotidianos en apariencia banales, pero a veces son tan metafóricas que dan casi miedo porque mi imaginación se desborda", asegura.

"Una película de terror"

"Se está rodando una película de terror y ningún hombre es capaz de pararla, ni siquiera de cambiar una frase del guión. La realidad está agujereada. Lo peor es el silencio". Palabra de padre.
A Jarjour le admira cómo la gente intenta continuar con su vida mientras respira cenizas. La vida sigue aunque la amenaza de la pólvora pese sobre sus cabezas. "Ahora que afuera se ha recrudecido apenas salen de casa", confiesa.
Milena intuye que la imagen que se da fuera de lo que está pasando en el país no se ajusta del todo a la realidad. Cuando suenan los cañones ya no hay un bueno y un malo, un culpable y una víctima. "Se trata de un conflicto entre suníes y chiíes guiado por los intereses políticos de los países en los que son mayoría unos y otros", dice.
La última vez que Milena fue a Siria estuvo en casa de su abuela, ahora desaparecida. Se entendían por gestos, pues una no habla inglés y la otra tampoco árabe. "Hoy todo el mundo sufre, unos y otros, moros y cristianos", dice. El epílogo de su Persépolis acaba con un dibujo de dos mujeres, una cubierta y otra destapada. Alá y Dios llorando de la mano por la sangre derramada.

viernes, 2 de agosto de 2013

ALTAMIRA

LAS CUEVAS DE ALTAMIRA

 Hace más de 35.000 años,  estas tierras costeras estaban habitadas por personas como nosotros  que  plasmaron su magnífico arte en las paredes de las cuevas de Altamira, jamás imaginaron que sus  pinturas trascenderían hasta nuestros días para convertirse en el símbolo del arte rupestre de la  humanidad.



  EL DESCUBRIMIENTO


  Fue Marcelino Sanz de Sautola, quien emprendió las primeras investigaciones de carácter            arqueológico en 1879 y quien, tras descubrir el arte de Altamira, lo atribuyó a las personas del  paleolítico. La investigación arqueológica ha permitido conocer las sucesivas ocupaciones humanas    desde hace más de 35.000 años. La cueva esta ubicada en una zona de extensos pastizales y bosques a  cinco kilómetros de la costa cantábrica. Es una cueva de artistas geniales que emplean todas las  técnicas con una calidad inusitada en el arte rupestre. La expresión artística de la cueva fue reconocida  por la Unesco en 1985 que la inscribió en la lista de patrimonio mundial. En el amplio recinto del  museo, con una superficie de 160.000 metros cuadrados, se ha realizado una redifusión paisajística con  las especies vegetales que, a través de los análisis del polen del yacimiento de Altamira, se sabe que  poblaban los alrededores de la cavidad. Abedules, fresnos, robles, tilos, avellanos o enebros formaban  parte del paisaje que rodeaba a los habitantes de Altamira durante el Paleolítico Superior.




  UN TEMPLO PARA LA CULTURA Y LA INVESTIGACIÓN

  Como Centro de Investigación, el Museo de Altamira desarrolla diferentes programas para mejorar el     conocimiento científico y la conservación de la cueva de Altamira. Los resultados se aplican a las           otras áreas del museo y contribuyen a proyectar el más actual conocimiento científico a los visitantes     y a la sociedad.



José Antonio Lasheras Corruchaga
Director del Museo de Altamira.

¿Cómo analizaría en unas líneas el arte de Altamira?

Hay muchas cosas que hacen especial a Altamira, no solo por ser la primera en ser descubierta, es que además de esto, a pesar de los años, continua siendo la más espectacular que conocemos en cuanto a arte rupestre se refiere. Altamira sería podio en una olimpiada del arte. Además, aquí están presentes todas las características esenciales del arte rupestre y en grado de excelencia. Todas las técnicas: dibujo, pintura; el mejor ejemplo de aprovechamiento del relieve para las figuras, y todos temas:  ciervos, bisontes, caballos, cabras, figuras más o menos humanas y, sobre todo, es que existe arte de todas las épocas en que fue habita-da la cueva; desde el Auriñaciense al Magdaleniense. Esto además de ser espectacular de por si, es una base de estudio para todos los científicos. Un estudio de colaboración internacional ha dado datos de más de 35.000 años del primer arte, manifestado en abstracción y figuración conformando con ello un arte pleno. En el Museo de Altamira pretendemos hacer disfrutar con la belleza de la prehistoria, y hablamos de arte. Llamamos arte a las imágenes que acompañan o representan ideas importantes o trascendentes, sean las que sean. Esos bisontes,
caballos, ciervos y signos acompañarían las ideas o pensamientos con los que tratarían de explicarse su propia relación con los demás seres que poblaban la naturaleza. Ahora, si conociéramos sus palabras y sus relatos los llamaríamos mitos. El arte ha sido siempre la imagen de los mitos.

¿Cómo eran los humanos que habitaban Altamira?

Desde que los humanos sapiens llegamos desde África, hemos sido capaces de crear arte. Los primeros humanos que llegan desde Europa eran como nosotros  y, lo más importante, con nuestras mismas capacidades neurológicas. Esto significa que un bebe nacido en Altamira y trasladado a una familia de la Cantabria actual podría convertirse en cualquier profesional moderno: arquitecto, ingeniero, fontanero...y viceversa, una persona nacida en la actualidad y trasladado a la época prehistórica aprendería a cazar, tallar sílex y sobrevivir en el medio natural de hace 20.000 o 30.000 años. Eran como nosotros, y podrían vestirse como –por ejemplo- se vestían hace pocos siglos quienes habitaban el norte de América o de Asia (Siberia). La tecnología para coser con una aguja de hueso paleolítica es, básicamente, la misma que un modista actual usa para el mejor vestido: aguja, hilo y la obra de sus manos. Eso nos permite ver que la distancia en el tiempo es relativa y que podemos entender a esas personas entendiéndonos a nosotros mismos. Probablemente, esas personas se distribuían los trabajos basándose en la edad y en el sexo, unidades familiares en que las personas por su fortaleza, potencia y habilidades, desarrollarían trabajos distintos. Grupos y familias extensas y polígamas, porque es muy probable que no tuvieran conocimiento de la realidad de la importancia directa del hombre en el nacimiento de los hijos, la fecundidad del grupo no se atribuía al hombre, no cabe pensar entonces en la familia tradicional, no tenemos datos para pensar en la pareja con sus propios hijos.

 ¿Estaría presente la religión en sus sociedades?

Las religiones actuales son recientes. Los dioses clásicos aún vivían en la Tierra como parte de lo natural; eran también el espíritu del árbol, del bosque y de las fuentes; disponían de rayos y vientos Las religiones formales y lo sobrenatural son algo
 reciente ¿Chamanes?  Si, pero como los clérigos o sacerdotes: intercesores o intermediarios entre nosotros y los otros seres del mundo que, por su sabiduría y autoridad moral, ayudan a sus semejantes.