viernes, 19 de octubre de 2012


He retrasado un poco esta nueva entrada sobre el problema y las consecuencias del cambio climático debido al ajetreo laboral de otros proyectos, pero la serie -Cambio Climático- se prolongará una larga temporada, depende de mi ritmo de entradas.
Con esta imagen quiero denunciar el radical cambio entre culturas; las sociedades que provocan con sus excesos el cambio climático no son las que más padecen sus efectos, como siempre las consecuencias recaen primero a los más desfavorecidos.


 
SEMBRADOS DE MAÍZ EN HUEHUETENANDO. GUATEMALA.

La botella de leche de maíz a la que se aferra Bartolo es apenas su único sustento diario. La economía de los Maya Chuj de las montañas guatemaltecas es muy exigua y dependiente de sus cultivos, principalmente del maíz, producto básico de su alimentación. La vulnerabilidad de estas sociedades es tremenda, pues cualquier causa externa que afecte a su medio de vida puede acarrear tremendas hambrunas: Inundaciones, terremotos, huracanes… son fenómenos que en Centroamérica son comunes y provocan situaciones dramáticas. Otra amenaza que se cierne sobre los cultivos de alta necesidad, es la fabricación de biodiesel que se produce a partir de aceites vegetales extraídos de la soja, palma o colza. Debido a la alta demanda de su cultivo es un negocio muy lucrativo, lo que ha llevado, en algunas zonas, a dejar de sembrar productos básicos, como el trigo o el maíz, a favor de estos cultivos. La mayor ventaja del biodiesel es que se trata de un combustible menos contaminante que el petróleo pero como contrapartida si no se controla exhaustivamente su producción las consecuencias humanitarias pueden ser desastrosas.