He retrasado un poco esta nueva entrada sobre el problema y las consecuencias del cambio climático debido al ajetreo laboral de otros proyectos, pero la serie -Cambio Climático- se prolongará una larga temporada, depende de mi ritmo de entradas.
Con esta imagen quiero denunciar el radical cambio entre culturas; las sociedades que provocan con sus excesos el cambio climático no son las que más padecen sus efectos, como siempre las consecuencias recaen primero a los más desfavorecidos.
SEMBRADOS
DE MAÍZ EN HUEHUETENANDO. GUATEMALA.
La botella de leche de maíz a la que se aferra Bartolo es apenas su
único sustento diario. La economía de los Maya Chuj de las montañas
guatemaltecas es muy exigua y dependiente de sus cultivos, principalmente del
maíz, producto básico de su alimentación. La vulnerabilidad de estas sociedades
es tremenda, pues cualquier causa externa que afecte a su medio de vida puede
acarrear tremendas hambrunas: Inundaciones, terremotos, huracanes… son
fenómenos que en Centroamérica son comunes y provocan situaciones dramáticas.
Otra amenaza que se cierne sobre los cultivos de alta necesidad, es la
fabricación de biodiesel que se produce a partir de aceites vegetales extraídos
de la soja, palma o colza. Debido a la alta demanda de su cultivo es un negocio
muy lucrativo, lo que ha llevado, en algunas zonas, a dejar de sembrar
productos básicos, como el trigo o el maíz, a favor de estos cultivos. La mayor
ventaja del biodiesel es que se trata de un combustible menos contaminante que
el petróleo pero como contrapartida si no se controla exhaustivamente su
producción las consecuencias humanitarias pueden ser desastrosas.